viernes, 13 de agosto de 2010

SENTIMIENTOS

¿Te acuerdas de aquel joven que un día ya lejano,
con los cinco sentidos de ti se enamoró?.
¿Te acuerdas de aquel joven que en su mano tu mano,
felices descubristeis la dicha del amor?.
Pasaron muchos años y no dejó de amarte,
el eco de tus risas jamás se le borró;
pasaron muchos años y no pudo olvidarte,
te buscó en sus recuerdos y siempre te encontró.
Recuerda tus palabras, recuerda tus caricias,
de tus besos conserva estigmas en su piel;
el brillo de tus ojos, la noche de tu pelo,
el calor de tu cuerpo, tu boquita de miel.

Después de tantos años aún le sabe a gloria,
aquel tiempo de ensueño que a tu lado pasó;
después de tantos años te lleva en su memoria,
y llora como un niño desde que te perdió.

Recuerda con nostalgia cuando por vez primera,
fuiste suya una tarde bajo el poniente sol;
y luego tantas veces a la luz de la luna,
vuestros cuerpos fundidos en éxtasis de amor.
Él te juraba entonces vivir siempre a tu lado,
mas el destino quiso vuestra separación;
como estrellas fugaces os fuisteis distanciando,
la culpa no fue vuestra, fue de la emigración.

Aquel joven de entonces, en viejo se ha tornado,
y quisiera tenerte junto a su corazón;
para poder decirte palabras cariñosas,
susurros al oído, arrumacos de amor.

Levanta esos ojos y mírame a la cara,
quizás no reconozcas el joven de tu amor,
mas te juro amor mío que aunque no lo parezca,
aquel joven de entonces.... aquel joven....soy yo.

En todos estos años no supe de tu vida,
y sigo sin saberlo; solo se de la mía.
Y si ahora no me escuchas,- y tienes tus razones;-
solo quiero que oigas mi última agonía:

Mas allá de la vida yo te estaré esperando
en un rincón del Cielo, hasta que llegues tú,
con tu halo misterioso de santa, inmaculada,
el mismo que recuerdo de nuestra juventud.

......------......

miércoles, 28 de julio de 2010

RETORNO

Arousa terra querida,
estou toliño damor...
Damor por tí bela ría,
borracha de auga e sol.
Arousa quéroche tanto,
non podo vivir sen tí...
Aínda me lembro do día
de cando marchei daquí;
da morriña que sentía
cando polo mundo andaba,
cando tan lonxe vivía,
cando de pena choraba.
Tamén me lembro do día
de cando por fin voltei,
tan toliño dalegría
que ata á terra biquei.

Fun ata ó monte buscando
os toxinos queu deixara,
e de paso fun mirando
os piñeiros queu prantara.
Mil perfumes remexidos
chegaron ós meus pulmóns:
De tomillo e de eucaliptos,
de arrayán e de piñóns,
de loureiros, anís, rosas,
da amarela flor dos toxos,
de tódolos arbustos nosos...
Dende o ourego ós restrollos.

Cantaron mil paxariños,
distintos cantos os mil,
cheos de gozo os probiños
saudando ó mes dabril;
brincando entra espesura
cos seus traxes irisados,
facían tales loucuras
que daba gloria miralos.
Vendo eu tales ledicias
extasiado me quedei...
¡Albricias!-dixen-¡Albricias!
Ete e o mundo queu soñei.

......------......

lunes, 12 de julio de 2010

LOA A CAMBADOS - LA FIESTA DEL ALBARIÑO

LOA A CAMBADOS I
En el corazón de la ría de Arousa,anclada en el estuario del Umia, se encuentra esta Villa “meiga”, mitad marinera y mitad industrial y campesina, salpicada de Pazos, Iglesias y Ruinas que le dan carácter señorial y noble.
En derredor, los campos están teñidos constantemente de verde en todas sus tonalidades al producir toda clase de verduras y legumbres, y una gran variedad de uvas de las que sin duda, la reina de todas ellas es la dorada, sabrosa y aromática: uva de albariño.
El aire, impregnado del perfume de estos frutos y de la brisa marina, ronronea perezoso entre los pinos para saturar el contorno de mil aromas agradablemente insospechados mientras el mar turquesa, en el que se refleja el verde oscuro de los bosques; reconforta los sentidos en un colorido casi irreal.
El Sol es de oro en la azulada alba y según va pasando el día, adquiere todas las tonalidades desde el rosa al granate y al anochecer, cuando indefectiblemente se arroja, atrevido, a las aguas del océano; se incendia el horizonte en grana y oro y cambia, por un momento, la policromía del nunca bien ensalzado Val do Salnés.
Como maná caído del Cielo, los variados mariscos y pescados son abundantes en esta ría y seguramente, los mas sabrosos del Mundo. Del mar vive una gran parte de esta gente, abierta y sencilla, que forman el núcleo urbano y pueblitos adyacentes.
Por las mañanas, al despuntar el día, es una delicia ver los barquitos que se acercan, entre gritos jubilosos y alegres de los marineros y el aroma de la frescura del pescado,a la gran mole rezumante del muelle. Ese pescado pasa en pocos minutos de los barcos a la lonja y de ésta a la plaza de abastos, donde durante la mañana se vende a todo el que desee comprar para degustarlo al mediodía en sus casas o en los diversos restaurantes de la Villa. ¿ Podrá comerse pescado mas fresco y sabroso en algún lugar de la tierra ?: Lo dudo. Pero esto hay que verlo y probarlo en Cambados, solo así se podrá comprobar la veracidad de cuanto digo; de otra forma solo será: Dicen que....He oído que....Y en eso se quedará todo; y amigos, la vida es para gozar de estas raras delicias que el Mundo nos ofrece.


LA FIESTA DEL ALBARIÑO, 1ª semana de Agosto II

Albariño, bendito viño
que no val do Salnés te crías;
dourado, chispeiro, mociño,
os padales do mundo cautivas....

Es fiesta mayor, Cambados está engalanado de banderas y luces multicolores, el estruendo de los fuegos de artificio y el bullicio callejero comienza nada mas asomar el día; la banda de música y las gaitas del país recorren todas las calles; muchas mozas visten sus mejores trajes regionales acompañando a los carros típicos de esta tierra, tirados por una yunta de vacas “ vermellas “ que portan toneles de albariño entre flores y verdes ramos de vid; mientras se cimbrean al compás de la “muiñeira”.
Durante todo el día, en los bares y puestos de la Calzada, la gente paladea el dorado liquido que emerge de las alargadas botellas verde oscuro, entre risas y “ coplas albariñeiras”.
En derredor de la Villa también el campo se vistió de fiesta, el verde aparece en todas las tonalidades imaginables salpicado de flores variopintas que entonan perfectamente con el paisaje; y los pajarillos, cantarines y bulliciosos,nos regalan una música celestial que nos embriaga de felicidad.
Del mar nos llega el murmullo sempiterno de ese vaivén de las olas remansadas y acariciadoras y en tan misterioso ambiente, uno no tiene mas remedio que bendecir a la madre naturaleza por tanta dicha, y al destino por habernos traído aquí.
Se celebra la fiesta de un Príncipe rubio y burbujeante, que está prisionero en una botella por encantamiento,esperando ansioso este día, para que unas manos delicadas lo liberen de su encierro y así poder ofrecerse incondicional a los paladares mas refinados. Es el Príncipe de los vinos, es el noble y delicado ALBARIÑO.
El Valle entero se congrega estos días en Cambados, arropados por gente de toda España y diversas partes del Mundo, para celebrar su fiesta; porque el albariño es el producto de los sudores de todo un año; el albariño es el hijo mimado de los cosecheros que, olvidándose de sus privaciones, le dedican las mejores horas de su tiempo en un trabajo mesurado y un vigilar constante para, a finales de septiembre, entregar el producto de sus cuidadas viñas a los bodegueros que con sus métodos mas avanzados, lo transforman en este milagro; el milagro de un vino sin igual, un vino que hace chascar la lengua con deleite al más exigente de los catadores, y ciega con sus reflejos al osado que lo mire frente al Sol.
Este vino dorado pajizo, límpido y único, realza los sabores de los ya por sí sabrosos mariscos; es la comunión mística que los une cuando las perlas arracimadas de sus uvas se doran en las laderas, bajo el benigno Sol canicular, y exhalan efluvios perfumados sobre la ría, los cuales son captados por las pacientes ostras, almejas, mejillones y berberechos que los absorben con fruición.
Vivamos esta fiesta en hermandad porque en Cambados nadie es extraño y mucho menos, estos felices días en que codo a codo, alzamos satisfechos las copas cristalinas para brindar con el Príncipe Dorado.


......------......

miércoles, 7 de julio de 2010

EL DORMILÓN

I
Se levanta a la mañana
y se viste de mala gana,
desayuna una manzana,
un café y una tostada;
luego coge la cartera
y se marcha de su casa,
andando pasito a paso
hasta la cercana plaza.
Va durmiendo todavía
y no ve ni el tranvía,
que hace alto en la parada
y luego sigue su vía.
De pronto chirrían frenos,
vuelve la cabeza y mira,
no lo pilló por milagro
un coche que allí venía;
el chófer bracea y grita:
¡Suicida! ¡Suicida!
Mas él, siempre muy tranquilo
dice: La culpa no es mía.
-¿De quién es la culpa entonces?
Le pregunta un peatón.
La culpa es de este mi sueño
y también de mi patrón:
Si no tuviera patrón
aún estaría en cama,
soñando con angelitos,
durmiendo a pierna tirada;
y si no tuviera sueño
no habría ocurrido nada,
pues no soy ciego ni sordo
y me gusta morir en cama.
Sigue andando por la calle
un poquito mas despierto,
bostezando a cada rato,
molesto de todo el cuerpo.
Va pensando: ¡Que desgracia
es ser pobre en esta vida!
Si yo hubiera sido rico
dormiría noche y día.

II
Llega tarde a su trabajo
y lo reprende el patrón:
Si continúas así
te despido ¡Dormilón!
-¡No me diga patroncito!
¡No me diga ricachón!
¿Es para usted tan sencillo
despedir a un pobretón?
Usted no sabe de hambres
ni carencias de dineros,
ni de miserias que pasan
los maltratados obreros.
Si antes de ser un jefe
hubiera sido un peón,
no haría falta decirle
porque soy tan dormilón.
-¡No me repliques bribón!
¿Que más quieres tu tener?
El sueldo que yo te doy
te sobra para comer.
-El sueldo que usted me da
bien ganado me lo tengo,
al oírle hablar así...
No se como me contengo;
usted no me da un real
que yo no hubiera ganado
con el sudor de mi frente,
¡Por Dios! Estese callado;
¿créese usted que un obrero
es de palo o es de hierro,
sin voluntad ni ilusión
aguantando a un patrón fiero?
¡Ni lo piense!
Somos humanos los peones,
con tanto derecho a la vida
como endiosados patrones.
-Este mundo está perdido,
¡Jesús! A lo que llegamos;
hasta insultan a su dueño
los que antes eran esclavos.

III
De pronto se eleva un palo
con no muy buena intención,
y lo recibe en la nuca
el “déspota” del patrón,
cae al suelo fulminado
y aunque auscultan su cuerpo
no da señales de vida,
¿Como ha de darlas un muerto?.

IV
Ingresó aquella tarde
en la cárcel de Estado,
aquel “demonio asesino
por matar a un hombre honrado”.
Allí durmió cuanto quiso,
olvidando así el pasado,
y de contento que estaba
no quiso ser liberado.
Porque según él decía,
“y no le faltó razón”
mas vale en la cárcel preso
que esclavo de un mal patrón.

V
Después de tantos detalles,
y sin mas explicación;
a usted lector corresponde
ya que está bien ilustrado,
determinar con acierto:
quien es el bueno y el malo.

......------......

viernes, 2 de julio de 2010

SEÑOR PEPE E O RAPOSO

Este contiño, que non é un conto, senón unha realidade; tenmo contado meu avó Agustín moitas veces, cando nas noites do inverno se poñía a quentar os pes á carón do lume, acomodado nun talliño pequeno que él tiña para sentarse enriba da lareira; mesmo diante da porta do forno. O tallo era pequeno pero así e todo, collíame por debaixo dos brazos e levantábame para sentarme á sua beiriña, entón eu dicíalle: Papá Agustín, cónteme o que pasou con Sr. Pepe e o raposo. (compre dicir aquí que eu a meus avós nunca lle chamei avós;
por imposición deles tiña que chamarlle papá Agustín e mamá Lola; éstes eran por parte de meu pai. Por parte de miña nai non coñecín a meu avó, que morrera ós 37 anos en Bos Aires deixando aquí viuva e tres fillos, por mor dunha pleuritis, según lle comunicaron dende alá as persoas que o coñecían. Pero a miña avoa tampouco puiden chamarlle así: avoa; se algún dos netos que tiña se atrevía a tal cousa chovíanlle os paus porriba do lombo; debía ser que ela sentíase demasiado moza para ser avoa e como o seu nome tampouco lle gustaba, non podiamos chamarlle mamá Encarnación, polo que decidiu que tódolos netos lle chamaran: Mamasiña; e así quedou decidido e asi aconteceu ata que morreu ós oitenta e sete anos.)
Pero imos volver ó conto. Cando eu lle falaba de Sr. Pepe, papá Agustín deixaba escapar un sorriso mentres escarabellaba o lume cun garabullo, logo botábame a man por encima dos ombreiros e empezaba ó conto falándome baixiño ó oido:
De que conto falas? Sr. Pepe ten unha chea deles, era moi ocurrente e sempre lle pasaban cousas raras.
Xa ó, pero eu quero que me conte o do raposo.
Moi ben, pois xa sabes que Sr. Pepe de Castro xa finou hai moitos anos, inda eu era un rapazote pero coñecino ben; quedou viuvo novo e criou él soiño os seus fillos, que eran toda a súa familia, eran só dous, un neno e unha nena, él non lle chamaba fillos, chamaballe “os meus cariteles” , cariñosamente claro; vivían ahí na casa de castro, que agora está en ruinas, sabes cal che digo?
Si que sei, imos xogar alí moitas veces.
Ben, pois alí á beira da casa tiña un alpendre e nunha esquina fixera un galiñeiro de táboas de piñeiro gordas, quería que fose forte porque daquela había moitos raposos e cando tiñan fame, baixaban á aldea e comían o que encontraban á man; a porta do galiñeiro estaba cara ó interior do alpendre, para que non se vira dende fora, e na parte dabaixo era costume facerlle unha pequena trampiña que se descorría para arriba pola mañán para saíren as galiñas, que andaban todo ó día soltas pola eira, e á noite ó estar todas dentro, deixábase caer e quedaba o galiñeiro fechado.
Escuso decirche que as vinte galiñas que tiña Sr. Pepe eran as mais bonitas e gordas da parroquia, na eira dél nunca faltaba herba ou verdura para elas; gustábanlle os ovos fritos e abofé que os dél mesmo metían envexa. Nin que decir ten que tamén tódolos raposos da redonda envexaban as ditosas galiñas, coloradas e cas cristas vermellas comó sangue; o galo era grande e lucía unhas esporas impoñentes, as galiñas estaban toliñas por él e o moi presumido paseábase moi estirado polo medio delas lucindo o seu porte e deixando ver ben claro quen mandaba alí; non lle chegaba demostralo cada mañá cando Sr. Pepe lle abría a portiña de guillotina e saía o primeiro para estirarse un pouco e logo lanzar uns cucurucúuus ben altos para que o harén fose saíndo para fora e él íaas desperezando, facéndolle as beiras, ata que saía algunha que lle tocaba a sensibilidade e entón, sen que nós poidamos entender o seu linguaxe, ela entendía o que pasaba e agachábase sumisa diante del para que subira e se alibiara, ela tamén gozaba do momento e marchaba sacudindo as plumas mentres él tamén se sacudía e estirando as patas empezaba a repartir placeres a destro e sinistro, era raro que quedara algunha sin a súa ración; logo empezaba o turno da comida e aquelo era unha festa chea de ledicia.
A eira de Sr. Pepe estaba cercada cun cerrume de silveiras de cerca de dous metros de alto; pero tódolos rapasos da redonda se achegaban para ver aquelas galiñas que os traian tolos, e por iso, á metida do sol, baixanban do monte agachadiños por entro millo para dar voltas arredor do cerrado; buscando donde puideran escarbar un pouco para irse metendo por debaixo das silvas sin que as espiñas lle fixesen moito dano, e así asomaban o fociño e podían percibir nítidamente o aroma daquela carniña quente e viva que tanto desexaban e que agora tiñan diante dos seus ollos, casi ó alcance das súas gadoupas, pero as galiñas, en canto oían algo non habitual, volvíanse cacarexando e de seguida viña o galo a comprobar o que pasaba; nese intre os raposos retirábanse para non seren descubertos pero o galo, xa fose porque algo lle cheiraba ou porque non vía nada claro, mandaba a todo o harén retirarse dalí, que obedecían axiña, sin rechistar, e ata ás veces as obrigaba a meterense no galiñeiro mais cedo do normal.
Os dous raposos volvían ós seus dominios desgustados e ansiosos porque non vían a maneira de facerense coas desexadas galiñas. Nas noites de lúa chea sentábanse no claro do monte mirando para á aldea, tentando que lle viñera algunha brillante idea, mentres lle bruaban as tripas de fame e a boca se lle enchía de auga pensando naqueles bocados tan gorentosos. Así pasaba o tempo ata que unha noite sen lúa, o raposo mais novo, coa valentía e a ignorancia da xuventude, sen consultar con nadia, decidíu levar a cabo o que os seus pais e irmáns mais vellos nunca foran capaces; e decidido dirixiuse á eira de Sr. Pepe, escarvou un pasadizo bastante grande, entrou por él e foi dereitiño ó galiñeiro. Alí non se oía nin se vía nada,estaba todo en silencio e ás escuras; pero o raposo tiña dous ollos que alumeaban coma ascuas, por iso él podía ver bastante ben, canto mais era a escuridade, mais brillaban os seus ollos; parouse fronte á porta, que estaba cerrada, pero él acordábase que o vello fechaba pola noite deixando caer algo, anque non acertaba a saber que era, así que empezou a empurrar co fociño cara arriba, entón as galiñas empezaron a inquedarse e cacarexar cada vez mais forte. O raposo apartouse un pouco e quedou quediño mentres pensaba que facer. Pasados uns minutos, convencido de que xa tiña a solución, acercouse de novo e arrimou outar vez o fociño a aquel cachiño diferente da porta e tratou de empurralo para arriba, desta vez acertou e o burato quedou aberto, era pequeno,douse conta de que lle sería moi difícil pasar pero así e todo, meteu a cabeza, estirouse todo canto pudo e ¡zas! Xa estaba dentro; escuso decir que naquel momento as galiñas armaran tal batifundo que nin elas se entendían, e como non vían nada, non sabían para donde escapar e tropezaban unhas cas outras sin saberen donde meterse; o galo, que nestes casos sempre se poñía ó fronte, tampouco sabía que facer, soio se dedicaba a arrear picotazos a cada bicho vivo que tropezaba nel, e claro está, estes eran sempre as galiñas. O raposo estaba encantado con todo aquel rebumbio e sin pensalo mais, largoulle un bocado ó pescozo do galo e xa foi o primeiro que caíu, o sangue quente manchoulle o fociño e pasou a lingua para catalo, gustoulle tanto que se volveu louco e empezou a matar canta galiña se lle poñía a tiro; soio se salvaron catro pitiñas que se anicaron alá na esquiniña sen movérense polo medo que tiñan. Cando xa nada se movía, empezou a escachizar os corpos inertes e a comer ata que non puido mais; deixouse cair encima da barriga, que xa non podía con ela, e descansou un bo cacho, os ollos xa se lle cerraban co sono e entón, deuse conta de donde estaba e que tiña que marchar axiña, antes de que fose día e o vello descubrise a matanza,porque neso tamén podía ir a súa propia vida. Asi que se foi levantando con pouca gana e foi cara á porta, empezou a empurrar co fociño para arriba como fixera cando entrara pero desta volta, por moito que o intentou, non foi capaz de subila; estaba moi canso e non tiña maneira de conseguilo e entón, despois de cabilar un pouco, ocurreuselle votarse a durmir e cando viñese o vello abrir a portiña de guillotina, sairía él correndo coma unha bala e cando se quixese dar conta xa estaría ben lonxe. E así foi: Ó rompente do día, cando Sr. Pepe ía cara ó galiñeiro, xa non as levaba todas consigo, non era normal que a aquela hora ainda ó galo non cantara nin que as galiñas estiveran tan caladiñas, alí pasaba algo raro. Foise achegando pouquiño a pouco ata á porta e alí non pasaba nada; a porta estaba fechada, a guillotina baixa, e o único raro e que non se oia nin un chío. O primeiro que fixo foi levantar a guillotina e asexar polo burato pero, coa escuridade non se vía nada alí dentro; entón abreu a porta e...Meu rapás!, escuso decirche o berro que deu aquel home cando viu tódalas súas queridas galiñas mortas, tiradas de calquera maneira e cheas de sangue, aquilo parecía cousa do demo, porque alí non se vía que entrara ninguén....De golpe, mirando mais atentamente, acertou a ver no chan unha cousa peluda, de cor castaña, coma se fora unha chaqueta bella ou algo parecido; acercouse en dous pasos e deulle unha patada mais aquilo non se movíu pero cando ó viu de cerca, decatouse de que aquilo era ....O raposo!.
-A ladrón!, asasino!, maldita a nai que te pariu; e que che pasa agora?. Morreches coa chea galopín, ai meu Deus, porque me fas isto? As galiñas da miña alma todas mortas,- as bágoas caíanlle pola cara mollándolle as barbas-,o home non podía coa pena e entón, colleu ó raposo po lo rabo coas dúas mans, e costoulle traballo porque pesaba moito pero así e todo, de un pulo tirouno fora do galiñeiro.
E estaba morto? Papá Agustín.
Que ía estar morto home, debes saber que o raposo é o animal mais astuto que hai; por iso cando un home é astuto chamanlle raposo. Pero deixame seguir o conto senón non acabamos hoxe. Pois como che decía, tirouno fora pero entón, pasou algo que nunca tal se vira e que lle puxo os pelos de punta ó Sr. Pepe, que xa é decir; o raposo cando ía polo aire cobrou vida e cando chegou ó chan non caíu de calquera meneira, non teñas medo!, caíu encima das catro patas e sin mirar atrás, botou a correr coma se algún demo o levase; aquilo era increíble, a Sr. Pepe caéulle a queixada e quedou coa boca aberta pensando como era posible que un bicho morto puidera correr daquela maneira.
Só ecertou a dicir: Caraso! Isto e cousa doutro mundo.
Xa sabes, tiña o burato debaixo das silvas e por alí saíu e foi ata ó monte todo tranquilo.
Aquilo foi famoso en todo ó Val do Salnés donde Sr. Pepe era ben coñecido e querido, pois moi poucas veces nace un home tan xusto e honrado coma él. Por iso, aquel mesmo día, xa tiña moitas ofertas de novas galiñas para que enchera o galiñeiro; Mais Sr. Pepe non quixo tal cousa. Moi serio, deulle as grazas a todos pola súa solidariedade e logo dixo que non podía aceptar, que só pedía que lle emprestaran dúas galiñas chocas e lle deran dúas ducias de ovos dos mellores e de persoas distintas para que non tiveran parentesco, para deitalas e empezar de novo coa cría dos pitos que logo serían galiñas e galo tan bos coma os que lle matara o demo negro.
O tempo foi pasando e o conto foise esquecendo; dalí a dous meses xa Sr. Pepe tiña corricando pola eira dúas galiñas con dúas ducias de pitiños, que inda que non se sabía os que serían machos ou femias, a él non lle importaba moito, xa que decía que polo menos a metade ian ser galiñas, e a outra metade, se eran machos, dous serían para deixar po lo menos un ano a ver quen era o mais axeitado para ser o sultán do seu curral, e o outro malpocado serviría para ser o plato principal o día da festa. Tódolos outros machos, despois dos seis meses, iríaos matando un cada mes para á súa despensa. Alimentábaos o mellor que podía; a verdura non faltaba nunca na súa eira, e como xa era o tempo da colleita do millo, escollía as espigas mais pequenas, que aquí chamámoslle carolos, e inda tenros, machucabaos no pío de pedra que tiña no alpendre, dándolle co macico ata que os deixaba coma fariña moída, logo botáballo a comer á pitaxe dúas veces ó día, pola mañá e pola tarde; por iso estaban tan bonitos e grandes que daba gloria velos.
As catro galiñas que non morreran no asalto, nunca mais galiñas foron, colleron tal susto, que non puxeron mais ovos e sempre estaban nerviosas; Sr. Pepe decidíu levalas á feira do Mosteiro e venderllas ás compradoras que viñan de vigo e levaban centos delas.
Asi pasaron un par de meses mais e chegaron as primeiras xiadas do inverno; a pitaxe xa medrara bastante e empezaban a distinguirse os machos das femias. Sr. Pepe estaba moi preocupado porque sabía que un día ou outro o raposo faceríalle unha nova visita e él non quería perder outra vez as galiñas pero, ó mesmo tempo, tamén quería vingarse do bicho do demo; sabía que se lle poñía un tarabelo á portiña de guillotina, o bicho xa non podería abrila. Pero él quería cazar o ladrón, polo tanto iso non era a solución que necesitaba, tiña que darlle unha lección a tódolos raposos da redonda para que soubesen que con él non se xogaba, e moito menos coa comida dos seus “cariteles”.
Un día, axudado por Sra. Rita de Lermas, unha muller alta e forte, e moi boa veciña; apartou os poliños machos das femias, ós machos foille atando un laciño vermello nunha pata para distinguilos, ós dous que considerou do seu agrado para que un deles fose o sultán, atoulle un lazo en cada pata e resultou que os machos só eran oito, polo que quedou moi contento; tiña nada menos que dezaseis pitas para poñer ovos, era un bo rabaño. Devolveulle a seus donos as dúas galiñas que criaran os pitos e decidiu facer un arranxiño no galiñeiro.
Él era moi precabido e por iso sempre tiña na eira unhas boas táboas de piñeiro; unha mañá de choiva, abreulle ás galiñas e cando estiveron fora, carrexou cinco ou seis táboas para dentro do galiñeiro, logo colleu o serrón, un martelo e uns cravos de piso, e levounos tamén para dentro; empezou a tomar medidas e a serrar daquí e dalá, e alá po la media mañá empezaron a oirse os primeiros martelazos, foi comer á unha da tarde e ás dúas xa estaba de volta, levando unha machada moi ben afiada e uns cachos de coiro duns zocos vellos.
Pero... Papá Agustín, Que demo estaba facendo Sr. Pepe no galiñeiro? - Preguntei medio adormiñado-.
Ei, coida isa boca rapaz, e non te apures tanto que xa imos acabar, hai que ter paciencia.
Xao sei, pero estame entrando o sono e quería escoita-lo remate.
Pois entón non me entreteñas e acabo antes, así que, caladiño. O que estaba facendo no galiñeiro era partilo en dous, meteulle unha división polo medio, nun lado deixou unha porta,os cachos de coiro eran para faceren de bisagras e a machada era para facer os dous tarabelos que lle puxo; aquela porta só podía abrila él, non habería raposo que a botara abaixo. Á caidiña da tarde xa tiña todo acabado e á noitiña, cando as poliñas empezaron a entrar, andiveron a curiosear para ver que ocurrira alí; cando todas estiveron dentro, cerrou a porta de fora, acendeu a lus do gas para ver un pouco, e logo foinas empurrando para o apartado novo, logo foi collendo un por un os polos marcados cun lazo, e botounos na parte vella, na entrada do galiñeiro, os que tiñan dous lazos quedaron co as femias. Agora saíu do galiñeiro compracido, cerrou tódalas portas coma de costume e foi para a casa moi ledo do que fixera; ceóu cos seus “cariteles” e durmiu coma un lirón.

Os raposos cada vez tiñan mais fame, o inverno estaba sendo duro e non tiñan moito que comer; os mais novos, cada noite baixaban ata aldea por ver se podían cazar algo, pero como non fora algún rato despistado, por alí non encontraban nada; e eles sabían que en cada casa había uns galiñeiros cheos de carne fresca pero todos estaban ben gardados, e cada noite tiñan que volver ó monte coa barriga baleira. Iso facía que cada día estivesen mais desesperados e se volvesen mais atrevidos. O que entrara na de Sr. Pepe o ano pasado, anque agora tiña moito medo, estaba disposto a volver se non tiña mais remedio, pois non ía morrer de fame él e mais os seus irmáns pequenos, podería comer él alí e logo, se todo saía ben, levar algunha carne pós seus irmáns. Estivo rondando a eira e calculando as posibilidades unhas poucas noites e cada vez convencíase a si mesmo de que aquelo non era tan difícil e o vello debía ser medio parvo porque nin conta se dera que estaba vivo; e no monte non oubera ningunha batida contra eles, polo tanto os veciños tampouco debían estar moito a favor del.
Así que sin pensalo mais, quedou decidido que aquela noite tocaba dar o asalto á aquelas poliñas tan apetitosas. Cando se foron apagando as luces de gas da aldea, baixou o raposo agachadiño polas beiras dos camiños e, achegouse ás silvas que cerraban a eira; escarvou por debaixo delas e en pouco tempo xa tiña a entrada libre, meteuse para dentro e non tardou en estar de novo diante da porta do galiñeiro sin que pasara nada; esperou atento a calquera ruído un bo cacho e logo acercouse á porta e empezou a empurrar para arriba coma a vez anterior; esta ves foille mais doado e deseguida estaba dentro; pero aquelo era mais pequeno do que él recordaba e non había tantas galiñas, ¿Donde demo estaban que facían moito alboroto pero él non vía mais de media ducia?; Pois fose como fose aquelas eran para él e chegábanlle ben, así que empezou a matar nelas e en medio minuto estaban as seis sangando tiradas no chan, esperando para ser comidas; e así o fixo, comeu ata que se fartou e inda lle sobraron algunhas, entón acordouse dos seus irmáns e pensou que aquelas eran boas para eles pero Como llas levaba? A portiña cerrárase coma a vez anterior e non había forma de abrila, a única meneira era facer o mesmo truco e se non podía levalas...mala sorte. Botouse a dormir moi tranquilo, agardando, coma a vez anterior, que viñese o vello e o votase fora. Cando empezou a ver unha pouquiña craridade polas físgoas das táboas, xa soubo que o vello estaba a chegar e entón púxose deitado enriba da barriga, coas catro patas apoiadas no chan, presto para votar a correr na primeira ocasión que tivese. De seguida oíu ruido na porta e púxose alerta, cos ollos entornados. Sr. Pepe, aquel día non desconfiaba nada porque as galiñas que estaban na parte nova facían barullo dabondo, por iso abreu a porta moi tranquilo sin saber o que se iba encontrar; pero namais abrir un pouquiño, o primeiro que viu foi moitas plumas polo chan e na súa cachola saltou a alarma.
Cerrou de súpeto; arrimou a esqueira e subiu arriba do galiñeiro,sacou dúas táboas que xa tiña soltas, acendeu e colgou nunha cadea unha luz de carburo que xa tiña preparada, e que alumeaba moito mais cá de gas. Colleu unha forcada cun mango longo que tiña á man, e mirou para baixo; agora viu como os seis poliños estaban mortos e faltábanlle cachos que o asasino comera. Agarrou a forcada coas mans firmes, fitou ben onde estaba anicado, apuntou ben...E cravou con toda a súa forza, tanta, que os dentes da forcada traspasaron o corpo e craváronse no chan. O bicho non dou un chio, moviu a cabeza con forza ensinando os dentes pero logo se foi quedando sin resollo para seguir loitando, ata que xa non se movía e ó seu arredor formárase un charco de sangue. Sr. Pepe inda nonas tiña todas consigo e quixo asegurarse de que esta vez non volvería a escapar voando, así que deixoulle a forcada cravada, baixou a esqueira moi amodiño e foi abrir a porta cun coitelo na man, chegou xunto del e coa man esquerda levantoulle a cachola tirándolle polos pelos, e coa dereita arrancoulle os dous ollos. Só entonces lle sacou a forcada, e o arrastrou para fora. Mirou para él un bo cacho e logo díxolle: Que, oxe non hai demo que te leve?, de min pódeste rir unha vez; pero dúas.....Xa ves que non é doado. E iso é todo, así remata o conto, que xa sabes, non é un conto, é unha realidade.
Xao sei- dixen medio durmido-, Sr. Pepe foi valente é!
A ti paréceche?
Home, matar o raposo, él soíño...non é para menos.
Xa, pero eu penso que desta volta foi lonxe de mais coa súa xenreira.
Si ó, pero o lambón do raposo comeulle todalas galiñas,
E certo, pero él non gañou nada coa súa vinganza; non tiña mais que poñerlle unha caravilla á porta, e o bicho xa non podería entrar mais. Pero non, él estaba corroído pola carraxe que sentía e fixo a separación no galiñeiro, e entregou os seis polos a cambio da vinganza, que boa falta lle facían para comer él e mai-los seus “cariteles”, só por vingarse; e iso a min, non me parece de valentes.
Home...visto así...Pero él tiña dereito a defender o seu.
Xao sei, pero eu penso que da forma que eu che dixen xa se defendía, o bicho non lle podería entrar mais alí. Mira, o que eu quero dicirche e que a vinganza non é boa; nunca se debe mover ún pola vinganza, e mellor acougar e pensar a millor maneira de arranxar as cousas coa cachola fría, sin carraxe; a violencia sempre acarrexa mais violencia. E os raposos tamén son de Deus, como diría un crego; e eu digo que son criaturas da natureza coma nos, cando teñen moita fame, ás veces fan cousas horribles pero se o pensamos ben, non teñen mais remedio se queren seguir vivindo,¿ non che parece?.
Home, visto así...Ten razón...Pero eu non-o entendo ben.
E que has de entender que xa estás durmindo? Vaite para á cama e mañá falamos o que ti queiras.
Moi ben, ata mañá logo.-dixen eu bocexando-.
Ata mañá

......------......

TEMPORAL

Llueve en los valles gallegos,
galernas hay en el mar,
el faro de Finisterre
lo va el viento a derrumbar.
Los labriegos se calientan
al tibio lumbre del lar,
mientras rezan las mujeres
plegarias con ansiedad.

En los pueblos pescadores
mujeres vienen y van,
a preguntar si llegaron
sus protectores del mar.
De pronto se oye el rumor
de que su hundió una barquichuela,
con cinco hombres a bordo,
llamada María Manuela.
Cinco esposas afligidas
se desgañitan de llanto;
cinco madres compungidas
sollozan bajo su manto.
Así quedan sin amparo
cinco familias honradas,
que esperaban el regreso
de cinco vidas amadas.
......------......

miércoles, 16 de junio de 2010

MADRE MARINERA

Galicia la marinera,
madre de hombres valientes
que navegan por los mares
de los cinco continentes;
venciendo el agua y el viento,
venciendo calor y frío,
tan solo por un dinero
que tienen bien merecido;
recógelos al regreso
dulce madre marinera,
porque ellos nunca te olvidan
y tu nombre es su bandera.
En ti dejan sus familias,
en ti dejan a su amor,
a ti te aman con locura,
con todo su corazón;
que orgullosos de ti están
pregonan aquí y allá,
y gritan ¡Viva Galicia!
Por donde quiera que van.
Esos valientes marinos,
esos hombres sin igual,
que son el orgullo vivo
de su tierra y de su hogar.
¡Vivan los bravos gallegos!
¡Vivan los hombres del mar!
Que vivan siempre felices,
y que puedan regresar...

......------......

lunes, 7 de junio de 2010

A ILLA DE AROUSA

1.969
Eu xa fun, xa fun, xa fun,
eu xa fun, xa fun alá,
eu xa fun boga que boga,
nunha barca polo mar;
dende Vilanova á Arousa,
bogando boga que boga,
saltábanme os arruases
pola popa e pola proa.
Atrás deixei Vilanova,
Cambados e Vilaxoán;
atrás o monte Lobeira,
mirador do noso chan.
Fun arrivar a unha praia
chea de areas e pedras,
e andaban nada que nada
os polvos no medio delas;
agarrei un coa man
e marchei lixeiro a terra,
cocino nun pucheiriño,
nunha lareira de pedra;
comino sobre unha artesa
con pan de millo, do forno,
regueino con viño tinto
e fun dormir a un piorno.
Levanteime á mañán cedo
para ver nacer o Sol,
que naquel mar prateado
mesmo e un arrebol;
paseei pola ribeira
e vin as mozas pañar,
ameixas e berberichos
ala, no medio do mar;
ian ca saia collida
alá porriba das coxas,
e a auga, xoguetona,
tentaba facerlle cóxegas.
Fun pouco a pouco ata á praia,
para tardar mais en deixar,
aquela fermosa illa
questá no medio do mar;
metinme na miña barca
e vin bogando bogando,
mirando sempre para á Arousa
cos meus olliños chorando.
Adeus illiña querida
que outra coma ti non vin,
por moitos anos que viva
tereite dentro de min...

......------......

jueves, 27 de mayo de 2010

PRIMAVERA DO SALNÉS

1.969
Ya llegó la Pascua y con ella la primavera deslumbrante y arrulladora de Sol y colores aromáticos. La mimosa y la retama tiñen el campo de oro y los frutales, de rosa, violeta y azahar. Los verdes brotes de las viñas asoman medrosos en las parras y los pajarillos, casados ya,ponen en el ambiente mil musiquillas melodiosas.
Ahora es cuando no llegan las palabras para describir la belleza de esta tierra verde yerba, verde pino, y todo el sin fin de verdes que se puedan imaginar.
En el espejo de la ría se ve el cielo azul turquesa y en la playa, dorada y fresca, las olas depositan el último suspiro de sus efímeras vidas.
Los turistas empiezan a llegar; invaden las orillas del mar, arrasan los montes y ensucian las aguas; y los campesinos y pescadores de este edén, abnegados en su suerte, acometen sus tareas con la presencia de ánimo que les caracteriza; mientras sus hermanos emigrados en todos los confines del Mundo, añoran en esta época mas que en ninguna otra, no poder ver esta manifestación embriagante de vida y belleza, que la sabia naturaleza nos depara en este sin par “Val do Salnés”.
Por ellos lloran los arroyuelos y las fuentes; y los pinos y eucaliptos zarandeados mansamente por la brisa, mándanles el murmullo arrullante de sus gemidos a donde quiera que se encuentren.

Gallegos de tierra adentro;
gallegos de la ribera;
gallegos todos, gallegos,
gallegos de mar y tierra.
Amemos a nuestra madre,
la de la nostalgia eterna,
la del trabajo tan duro,
la de belleza tan tierna;
la que a todos da cobijo
mas no puede alimentar,
y con dolor de una madre
ha de dejar emigrar.
Toda la vida emigrantes,
no se pueden integrar,
porque a su amada Galicia
jamás logran olvidar.
No la olvidan por ser madre,
no la olvidan por ser bella,
no la olvidan por ser pobre,
no la olvidan por ser “meiga”.
Con el tesón de gallegos
lucharemos sin cesar,
para que un día cercano
podamos todos estar
al abrigo de esta madre,
reina del monte y del mar,
lozana y agarimosa
que a todos nos quiere amar.

......-------.......

martes, 25 de mayo de 2010

CAMBADOS, VILLA PRECIOSA

Sé de un pueblo tranquilo y sereno
al noroeste de España.
Sé de un pueblo que tiene una ría
donde el Sol se baña.
Ese pueblo de auroras plateadas
y ocasos rosados.
Ese pueblo de luz y colores,
y aroma de flores
se llama Cambados.

Cambados, villa preciosa
a las orillas del mar;
la brisa, dulce y melosa,
no cesa de acariciar,
tu nobleza milenaria
ni tu moderno alentar,
la grandeza de tu historia
ni tu raudo caminar.
Tus hijos son pescadores
muy avezados al mar,
mas cuando vienen a tierra
miran bien la torre de San Saturnino,
porque esa torre quebrada
alzada en las aguas, les guía el camino.

Cuando Febo se esconde allá lejos
en el horizonte;
y Selene asoma radiante
sobre el alto monte;
las estrellas difusas alumbran
a tus verdes prados;
a los prados y viñas y vegas,
pazos y bodegas
que tienes Cambados.

Cambados ,Villa preciosa
a las orillas del mar;
la brisa, dulce y melosa,
no cesa de acariciar,
tu nobleza milenaria
ni tu moderno alentar,
la grandeza de tu historia
ni tu raudo caminar.
Tus hijos son pescadores
muy avezados al mar;
mas cuando vienen a tierra
miran bien la torre de San Saturnino,
porque esa torre quebrada
alzada en las aguas, les guía el camino.

......--------......

lunes, 24 de mayo de 2010

A NOIVA

Louro coma o trigo louro
e o pelo do meu bén,
negriños coma acibeche
os olliños quela ten,
roxos coma o sangue roxo
son os seus beizos de mel,
e mouro coma o outono
e a cor da súa pel.
¡Que felice me sinto
porque ela e miña!
Cando me da un biquiño
perdo o sentido,
de tanto que lle quero
a esta rapaciña.
Son os piñóns dos seus dentes
brancos coma á neve branca,
A cintura e tan estreita
que cunha man se llabarca;
son as lomas dos seus peitos
redondas e feiticeiras,
e loucuras sensuales
as pernas e as cadeiras.
¡Que felice me sinto
porque ela e miña!
Cando me da un biquiño
perdo o sentido,
de tanto que lle quero
a esta rapaciña.
Están moi celosas dela
as flores do meu xardín,
porque dende quela e miña
non hai outra flor para min;
e ata á Lua dourada
agáchase avergoñada,
cando a miran de fronte
os ollos da miña amada.
¡Que felice me sinto
porque ela e miña!
Cando me da un biquiño
perdo o sentido,
de tanto que lle quero
a esta rapaciña.
Para a corrente do río
cando ela se bai bañar,
a fonte, cando ela bebe,
ponse de pronto a cantar;
e ela, sempre serea,
nunca deixa de sonrir,
porque anque sabe que é bela
non lle gusta presumir.
¡Que felice me sinto
porque ela e miña!
Cando me da un biquiño
perdo o sentido,
de tanto que lle quero
a esta rapaciña.

......------......

martes, 18 de mayo de 2010

UN EXTRAÑO EN EL PARAISO

Vino un extraño a Galicia
en un mes de primavera,
a inhalar sutil perfume
de esta agraciada tierra;
cuando vio lo hermosa que era
nuestra Galicia querida,
gritó a los cuatro vientos
esta bella poesía:

-¡Cuanta belleza en el campo!
¡Cuanta belleza en el mar!
¡Cuanta belleza en el monte!
Y toda ella natural...
Campiña verde y florida
hace de alfombra al pasar,
hasta pisar las arenas
de las playas de su mar...
Se oye aquí un jilguerillo,
se oye allá un verderol,
y un labrador con su yunta
va cantando bajo el Sol:

“Cando brúa Currubedo
e hay brétema no Castrove,
non te descoides labrego,
apura o carro que chove.”

Codornices se levantan
de en medio de un centenar,
sus hijos quedan piando
comida les van buscar...
Luego se ve un conejito
saltando sobre la hierba,
y el zorro lo acecha atento
desde el umbral de su cueva.
Ya está cayendo la tarde,
la noche va a comenzar,
el campo se abre a la Luna
de plata, sobre el pinar.
Se oyen las ranas allá en el río,
haces de estrellas las ven croar,
brilla el ocaso rojo, amarillo
sobre las aguas del ancho mar...
Pasa una moza por el camino,
garrida y bella como una flor,
va con el mijo para el molino
cantando alegre cual ruiseñor:

“Non me caso cun labrego,
non quero mais traballar,
noite e día, todo ano,
para nunca nada aforrar.”

-Con un nudo en la garganta
y sin poderlo remediar,
abrazando a los labriegos,
dijo el amigo al marchar:

De aquí me marcho llorando
por no poderte llevar
Galicia...de los gallegos,
a mi clima tropical.

......------......

jueves, 13 de mayo de 2010

AMOR GALEGO ( Cantar )

El:

Eu son galego son son son son,
vos non pensedes que eu non o son;
alá en Galicia teño o meu querer,
nunha aldeiña de moi bo ver.

Vente a min rapaza,
vente a min muller,
es a miña vida,
es o meu querer;
eu son o teu mozo,
son o teu amor,
son o que che quero
co meu corazón.

Ela:

Eu non me marcho de Galicia non,
non quero deixar esta bela rexión,
e se ti me queres has de retornar
a esta túa terra da beira do mar.

Vente a min meu home,
vente a min rapaz,
vente para sempre,
non te marches mais;
eu quéroche tanto,
vou morrer de amor,
xa me sanga o peito,
doime o corazón.



Os dous a duo:

Xuntémonos logo
nesta terra nosa,
anque de miseria
non poidamos mais;
traballemos xuntos
a nosa terriña,
que antes de ser nosa
foi dos nosos pais.

......------......

domingo, 9 de mayo de 2010

LA DANZA DE LOS MUERTOS

25 de enero de 1.954.


La noche era tremendamente oscura y caía una llovizna persistente. El hombre,enfundado en su raída gabardina y amparado por su enorme paraguas negro, bajaba poco a poco por el irregular sendero del monte, absorbido casi totalmente por la exuberante maleza, atormentado por los picotazos de los tojos y el ulular de los pinos y eucaliptos zarandeados rúdamente por el viento. El camino le era familiar porque lo recorría cuatro o cinco veces a la semana para visitar a su novia, pero aún así, ese día no estaba seguro de seguirlo correctamente dada la oscuridad reinante. A sus torturados oídos llegaba de vez en cuando el macabro quejido del buho y el fúnebre y prolongado aullido de un perro.
Debía de estar saliendo ya del monte, allí tenía que hallarse la Iglesia y el cementerio pero por más que se esforzaba, no lograba ver absolutamente nada.
Vaya, se decía, ¿Es que me los han quitado...o me he perdido...? Y con esta maldita lluvia...- De repente se incendió el cielo y un terrible estruendo retumbó en el valle; del pino que estaba sobre su cabeza salió una urraca graznando desaforada y al perder la visión, chocó brutalmente contra las ramas y cayó al suelo, fulminada, muerta. El hombre se estremeció y su corazón empezó a latir tan deprisa que creyó que se le salía del pecho.
En el fugaz resplandor del rayo pudo ver que se habia desviado mucho a la izquierda y ahora, para tomar nuevamente el camino que lo condujera a la aldea, debía atravesar el imponente cementerio; aquello lo cohibía sobremanera y estuvo dudando un largo rato pero al fin, fué acercándose medrosamente mientras una lejana voz parecía decirle: nooo eeentrees, nooo eeentrees. La herrumbrosa cancilla chirrió al ser abierta y el hombre se sobresaltó, como temeroso de poder perturbar la paz de tanto muerto que allí yacía. Entró muy despacio mirando a todos lados sin ver absolutamente nada, ahora eran sus inseguros pasos los que resonaban huecamente sobre las lápidas y se multiplicaban mil veces en agobiante música de ultratumba, al chocar el sonido contra los panteones que se alzaban a ámbos lados.
El hombre sentía el cuerpo gélido pero le sudaban las manos y su boca estaba completamente seca; sentía como si todos aquellos difuntos le estubieran mirando ceñudos desde sus tumbas, reprochándole su atrevido intrusismo.
Entonces fue cuando vió aquel resplandor que le dejó la sangre helada en las venas por el terror, si, porque aquella luz era sobrenatural, emergía de la capilla de un panteón y en ella se reflejaba una sombra atroz, seguramente la sombra de un alma en pena que se movía lenta, bajando y subiendo la cabeza, en la que no se distinguía más que las cuencas de los ojos y la boca; iba vestida con una larga túnica blanca que emitía una claridad fosforescente y en los piés, arrastraba unas cadenas que producían un sonido metálico sobre la piedra mojada por la lluvia feróz. El hombre no podía moverse del pánico que sentía; se le heló la espina dorsal y los pelos se le erizaron como espinas.
De los otros panteones fueron surgiendo nuevas sombras, todas emitían aquel terrible resplandor y en sus descarnadas manos portaban unos cirios que se mantenían encendidos bajo la lluvia; muy despacio fueron formando un círculo a su alrededor y girando y girando en una danza macabra, entonaban una canción fúnebre que sonaba sordamente en aquella noche infernal como desde una lejanísima cueva. Cantaban con sus horribles bocas descarnadas; él se sentía impotente ante tanto terror, quiso gritar pero de so boca no salió sonido alguno, estaba completamente paralizado.
Una de aquellas sombras se paró y poniéndole los huesos de una mano sobre su hombro, con voz susurrante y arrastrando largamente las palabras le dijo:
Estamos cantando tu entierro hombre, no te acordaste nunca de nosotros, nos has dejado abandonados padeciendo por nuestras culpas, pasas muchas veces a nuestro lado sin permitirte ni un solo pensamiento que nos trajese consuelo y para mas osadía, te atreviste a perturbar nuestras torturas en esta noche tenebrosa. Es llegada tu hora, desde ahora pasarás a nuestra corte para compartir nuestros horribles siglos infernales.

El hombre quiso hablar, quiso pregutarle lo que querían de él, que le pidiesen lo que fuera que los complacería en todo a cambio de su vida; pero las palabras no asomaron a su boca; un nudo le atenazaba la garganta, le faltaron las fuerzas para mantenerse por más tiempo en pie, sus piernas flaquearon y cayó primero de rodillas para quedar luego de bruces sobre las húmedas losas del cementerio, estendido cuán largo era y con los brazos abiertos formando una cruz con su cuerpo.
No comprendía nada...No oía nada...No veía nada...Pero desde que todos los sentidos le abandonaron,aún captaba muy lejos el murmullo de aquellos fúnebres cánticos que lo llenaban todo.
Y en aquella postura lo encontró el sacristán al amanecer del día siguiente cuando iba a tocar la llamada a la primera misa, completamente frío y tieso, listo para enterrar.
No se notaba nada de lo acaecido aquella noche, los nichos continuaban herméticos y todo estaba en orden, pero cuando el cura y el médico fueron hasta el cadáver y lo pusieron boca arriba, de algún lugar indeterminado surgieron unas risas fantasmagóricas que hicieron temblar de espanto a los allí presentes;era como si todos los muertos del cementerio se alegraran por la muerte de aquel hombre y al mismo tiempo se burlasen de él.


Que ¿Quién era aquel hombre?...Pues no era nadie importante ni tenía nada que ver con asuntos esotéricos, en los que no creía.
Era simplemente un jóven de treinta años de Besomaño que tenía su novia en Nogueira y para verla, no le quedaba mas remedio que
subir por un estrecho senderito que lo introducía en el monte en la aldea de Bouza, atravesaba todo el monte casi en linea recta, unos cuatro Km. Aproximadamente, y bajaba exactamente por detrás de la iglesia de San Vicente, pasaba por el caminillo que discurría entre ésta y el cementerio que quedaba a su izquierda, seguia hacia el atrio dejando a su derecha la escalinata de subida a la iglesia, y luego se perdía por el camino de la derecha hacia la carretera que une Barrantes con Mosteiro;de allí era su novia y por eso hacía aquella ruta sin pensar que nada ni nadie pudiera cortar sus planes ni su juventud.

Pero aquella fatídica noche todo había acabado para él; su novia lo esperó hasta las once pero luego,en vista del gran temporal se autoconvenció de que ya no vendría y se acostó tranquila. No se despertó hasta que los gritos de su madre la llamaban para darle la mala nueva. Al principio no podía creerlo y estaba segura de que se equivocaban, se vistió deprisa y fué corriendo hasta la iglesia; la misa se había suspendido y la gente que iba llegando se santiguaba y se iba arrimando al corro para ver lo que pasaba, ella hizo lo mismo y vió sobre las piedras del suelo un bulto tapado con una manta; temblando preguntó -¿Que pasa? La gente reparó en ella y se fueron alejando para dejarle paso; el cura, que estaba al frente, la tomó del brazo y la apartó un poco para decirle al oído: Este hombre apareció muerto esta mañana en el cementerio, nadie sabe porqué y ya se está avisando al juez de Cambados para que venga a levantar el cadáver; de paso también mandé avisar a su familia y es seguro que el juez mande venir el forense para hacerle la autopsia, la gente dice que es tu novio...Lo siento.
-Quiero verlo, quiero identificarlo, ¡Por favor!
El cura se acercó al difunto,agarró una esquina de la manta y la levantó para que ella pudiera ver su cara. Ella le miró y quedó estupefacta, era él; pero costaba creerlo. Su boca estaba abierta como si gritara desesperado, sus ojos estaban tan abiertos que casi se le salían de las órbitas y su color lívido, cerúleo, era una estampa imposible de aceptar por una persona que tanto le había querido, y ella no lo resistió, se le heló su cuerpo y se quedó blanca como la nieve a la vez que se desmayaba y caía al suelo antes de que nadie puidiera echarle una mano,lo que le provocó un golpe tremendo en la nuca, por donde un rato mas tarde empezó a asomar un hilillo de sangre.
....------......

viernes, 7 de mayo de 2010

BOGANDO

Vou pola ría de Arousa
nunha barquiña remeira,
bogando moi paseniño
baixo o Sol de primavera.
Saio de Vilagarcía,
paso por Vilaxoán,
poño proa rumbo á illa,
parroquia de San Xián.
Alá queda Vilanova
recostada sobre o mar,
e os piñeiros da ribeira
andan na auga a nadar.

O mar e prata fundida,
as praíñas ouro puro,
disimuladas debaixo
do arboredo verde escuro.

Perdidos alá no ceo
uns farrapos de algodón:
son as gaivotas voando
sobre a praia do Terrón.

Mociña arousá agarda por min,
fai tanto tempiño que eu non te vin,
que eu non te vin e quérote ver,
para que sexas pronto a miña muller.

Baixo ó Sol agarimoso
sigo bogando amodiño,
e a brisiña mareira
arrecende ao albariño;
ao albariño arrecende
de reflexiños dourados,
porque sen apercibirme
estou chegando a Cambados.
Cambados guapas mulleres,
Fefiñáns saborosos viños,
e por se iso fora pouco,
ten Santomé bos mariscos;
tres pobos tan axuntados
pola cultura e a historia,
que soio un se voltaron
e son os tres unha gloria.

Vexo a illa da Toxa
co frondoso piñeiral;
vexo as casiñas do Grove
reflectíndose no mar.
Mais alá queda a lanzada,
quenchema dera avistar,
mais os meus brazos doridos
cansáronse de bogar.

......------......

ILUSIÓN DE ADOLESCENTE

¡Que hermoso el hermoso día!
¡Que bella la bella flor!
¡Que guapa la amada mía!
¡ La que me ofrece su amor!
Primavera de su vida,
primavera de la mía,
deshojando margaritas
por sí o no me quería;
deshoja que te deshoja
una hallé que dijo sí:
Ya terminó mi congoja,
ya sé que me quiere a mí.
¡Que dicha es saberse amado!
¡Que dicha es poder amar!
¡Ya no soy un desdichado!
¡La acabo de enamorar!.

Ilusión de adolescente...
¡Bendita la juventud!
Cuando uno tiene la suerte
de hallar amor y salud:
Se desboca el corazón,
tiemblan los miembros al verla,
se despierta la pasión...
¡Que miedo hay a perderla...!

......------......

martes, 4 de mayo de 2010

SANTA MARTA

A ponte de Pontearnelas
ten unha capela á par,
i é a virxe Santa Marta
patroa do seu altar.
O vintenove de xullo
os labregos van rezar,
para que lles cure a xordeira
ós máis xordos do lugar.
Logo van comelo polbo
á beira do río Umia,
i entre cantos e aturuxos
esquecen as suas penurias.
Á tarde cun pau de toxo
escaravellan os ouídos,
e a virxe, xenerosa,
dalle remedio ós seus fillos.
Os rapaces dos labregos
brincan de ledicia e gozo,
cando se ven nesta festa
das vésperas do mes de agosto.
Acolá toca unha gaita
ca compaña dun pandeiro,
alí canta unha rapaza
a máis bela do rueiro.
As mozas saltan bailando
ó compás da muiñeira,
cos pes descalzos ná area,
sobre á area da ribeira.
As vellas comen rosquillas
sentadas ó pe do río
i ós rapaces van ós fogos
correndo por entro millo.


Miña santiña da Ponte,
rexoubeira dos pequenos,
namoradeira dos mozos
e alegradeira dos vellos;
non nos deixes quedar soios,
non nos vaias a marchar,
que se ti nos deixas, nos,
moito imos a chorar.

......-----......

lunes, 3 de mayo de 2010

BESOMAÑO

Beso Beso Besomaño,
terra de luz e de cor;
Beso Beso Besomaño,
aldea do meu amor.

Eu son fillo desta terra,
habédesme coñecer,
e sun día machei dela,
quixera poder volver.

Es Besomaño verde florido,
os paxariños veñen a ti
dende moi lonxe, facer o niño,
dende moi lonxe vivir aquí.

Beso Beso Besomaño,
terra do meu corazón,
estás no mundo esquencido
mais sen ningunha razón.
Metidiño entros piñeiros
que te escoltan darredor,
tes a fronte cara ó mar
i es ti un gran mirador.

Es Besomaño verde e florido,
os paxariños veñen a ti
dende moi lonxe, facer o niño,
dende moi lonxe vivir aquí.

A Lúa clara do inverno,
e o Sol donrado do verán,
as estrelas e os luceiros
fanche guiños dende o mar.


Danche o seu canto os paxaros,
e a natureza á cor,
as fontes danche os seus choros,
i eu o meu corazón.

Es Besomaño verde e florido,
os paxariños veñen a ti
dende moi lonxe, facer o niño,
dende moi lonxe vivir aquí.
......------......

domingo, 2 de mayo de 2010

FONTE DA REVOLTA

Fonte da Revolta
miña queridiña,
de picho de pedra
e auga tan fresquiña;
calmáchesma sede
cando era rapaz,
e cando fun grande
non te mirei mais;
fonte da Revolta...
Quen me dera agora
beber da tua auga,
cheirar a frescura
do teu manantial;
que brota cantando
entro maínzal,
e corre amodiño
ata ó Amial.

......------......

ADEUS TERRA MIÑA

Eu márchome polo mundo
a terra que nunca habitei,
por ela deixo a casiña
lugar donde me criéi.
Adeus aldea querida,
quinteiriño do lugar,
donde pasei moitos anos
para agora ter que deixar.

Adeus naiciña querida
que tanto sofres por min,
e por moito queu che queira,
qéresme mais ti a min.
Adeus paiciño abnegado
que aflixido por min quedas,
as bágoas dos teus ollos
aumentan as miñas penas.
Adeus digo á rapaciña
que o seu amor me brindou,
e puxo o seu corazón
naquel beixo que me deu.

Adeus fontiña da eira,
adeus muiño a moer,
lembranzas da miña infancia
que xamais podo esquecer.
Adeus tamen digo a ti,
paxariño verderol,
que me cantas ás mañás
na saidiña do Sol.

Por moitos cartos que gañe
nese mundo ó que vou,
nunca me compensarán
estes bens que Deus me deu.
Terriña que non coñezo,
ampárame por favor,
porque son un desgraciado
que deixo a quen me criou.
E agora voume daquí,
xa non podo mais chorar,
¡Adeus miña nai querida!
Algún día ei de voltar.

......------......

AMORES QUE NO SE OLVIDAN

Flores blancas, flores rojas...
Flores de muchos colores,
de la campiña arousana
con cincuenta mil olores;
sobre la campiña verde,
entre los verdes arbustos,
hasta crecen bien lozanas
entre los pinos robustos,
que también son siempre verdes,
en primavera y verano,
en otoño y en invierno,
todo el año, todo el año.

-Y el roble y el castaño,
¿No son también siempre verdes?
-No lo son no, amor mío,
pierden su verde lozano
en cuanto pasa el estío;
Y al llegar el otoño
les entra melancolía
y su color va cambiando
según va menguando el día.
El verde se volvió ocre,
se les fue la clorofila,
y sus hojas, moribundas,
caen sobre la campiña.
Se tornan en alimento
para el bosque que hiberna,
y renace esplendoroso
al llegar la primavera.
Es el ciclo de la vida,
no lo podemos cambiar,
todo tiene que morir
para volver a brotar.
Lo que pervive es el verde,
y el aroma de las flores,
y las bellas melodías
de los pájaros cantores;
que alegran nuestra vida
con trinos encantadores,
y engalanan nuestra tierra
con sus trajes de colores.

......------......

viernes, 30 de abril de 2010

RECUERDOS

Yo quiero tanto a mi tierra
que no la puedo olvidar,
cada vez que pienso en ella
no hago más que penar.
Válgame Dios que tristeza
no poderla contemplar,
con su armoniosa belleza
a las orillas del mar.
Aquellos bosques frondosos
de robledas y pinar,
aquellas verdes campiñas
solo me hacen recordar;
veraniegas romerías
de misas gaita y yantar,
de alegres compañías,
de coplas y de bailar.

refugio de adolescentes
entre el verde maizal,
y carreras a la playa
para echarse a nadar.
Juventud que ya se ha ido,
sitios para disfrutar;
momentos esplendorosos
que otros han de gozar.

Cuando uno es joven piensa
que es el primero en llegar,
y que nunca vendrá otro
que le pueda emular;
mas el joven se hace hombre
y cuando mira hacia atrás,
ve a otro joven sonriente
que ocupa su lugar;
y él no puede volver,
ya pasaron sus momentos,
y entonces se da cuenta
que antes de él fueron cientos;
y el recambio continúa:
Unos se van y no vuelven,
otros vienen y se van,
y luego aún vendrán otros
porque éstos también se irán.
Lo que no cambia es el verde
y la ermita en la colina,
y los yódicos efluvios
de la brisita marina;
y las risas...y los sueños...
y los amores primeros;
mas ya son otros los dueños,
nosotros...solo añorar.

......------......

martes, 27 de abril de 2010

GALICIA HERMOSA

Galicia, eres la tierra
bañada por el mar,
mas verde y mas hermosa
que se pueda encontrar.
Tus rías, son sirenas
que se escapan del mar,
brindándose a los hombres
que quieran mariscar.

Es para ti, bella Galicia,
es para ti, esta canción;
no hay para mi, bella Galicia,
en todo el mundo tierra mejor.

Tus prados y tus bosques,
tus campos siempre están:
Tan verdes y floridos,
no hay otros igual.

Tus hermosas mujeres
nos hacen despertar
con sus dulces sonrisas,
las ansias de amar.

Es para ti, bella Galicia,
es para ti, esta canción;
no hay para mi, bella Galicia,
en todo el mundo tierra mejor.
......------......

MORRIÑA DE UN EMIGRANTE

1
Eres Galicia mujer hermosa,
bella y fragante como una flor,
eres la tierra de las delicias,
cuna de encantos, madre de amor.
Tus altos cerros, tus bajos valles,
bosques y campos tienen color
del arco iris, que desde el Cielo
es un mensaje que manda Dios.
Altas y bajas Rías gallegas,
son dos besitos que ha dado el mar,
enamorado hasta el delirio
de esta dichosa mujer sin par.
Vergel de encantos de España eres,
donde las aves alzan sus trinos,
y hacen felices a quién las oye
entre castaños, robles y pinos...
Tus rubias playas llenas de escollos
bajo la sombra de tus pinares,
son sus arenas pepitas de oro,
son sus mariscos ricos manjares.
......------......



2
Galicia tierra encantada,
de robledas rumorosas;
Galicia mi diosa amada,
de laureles y de rosas.

En tu veraniego atardecer, Galicia,
el Sol cae a plomo sobre el mar,
los dos se funden en un ocaso de delicia,
ofreciendo un espectáculo sin par.
¡Que susurro tiene el monte de Galicia!
¡Que susurro tiene el campo al despertar!
El viento suena a violín con gracia
y las aves le corean al cantar:

Galicia madre amorosa,
Galicia noble y leal,
Galicia la esplendorosa,
Galicia flor natural,
de belleza primorosa
y música celestial

......------......