miércoles, 7 de julio de 2010

EL DORMILÓN

I
Se levanta a la mañana
y se viste de mala gana,
desayuna una manzana,
un café y una tostada;
luego coge la cartera
y se marcha de su casa,
andando pasito a paso
hasta la cercana plaza.
Va durmiendo todavía
y no ve ni el tranvía,
que hace alto en la parada
y luego sigue su vía.
De pronto chirrían frenos,
vuelve la cabeza y mira,
no lo pilló por milagro
un coche que allí venía;
el chófer bracea y grita:
¡Suicida! ¡Suicida!
Mas él, siempre muy tranquilo
dice: La culpa no es mía.
-¿De quién es la culpa entonces?
Le pregunta un peatón.
La culpa es de este mi sueño
y también de mi patrón:
Si no tuviera patrón
aún estaría en cama,
soñando con angelitos,
durmiendo a pierna tirada;
y si no tuviera sueño
no habría ocurrido nada,
pues no soy ciego ni sordo
y me gusta morir en cama.
Sigue andando por la calle
un poquito mas despierto,
bostezando a cada rato,
molesto de todo el cuerpo.
Va pensando: ¡Que desgracia
es ser pobre en esta vida!
Si yo hubiera sido rico
dormiría noche y día.

II
Llega tarde a su trabajo
y lo reprende el patrón:
Si continúas así
te despido ¡Dormilón!
-¡No me diga patroncito!
¡No me diga ricachón!
¿Es para usted tan sencillo
despedir a un pobretón?
Usted no sabe de hambres
ni carencias de dineros,
ni de miserias que pasan
los maltratados obreros.
Si antes de ser un jefe
hubiera sido un peón,
no haría falta decirle
porque soy tan dormilón.
-¡No me repliques bribón!
¿Que más quieres tu tener?
El sueldo que yo te doy
te sobra para comer.
-El sueldo que usted me da
bien ganado me lo tengo,
al oírle hablar así...
No se como me contengo;
usted no me da un real
que yo no hubiera ganado
con el sudor de mi frente,
¡Por Dios! Estese callado;
¿créese usted que un obrero
es de palo o es de hierro,
sin voluntad ni ilusión
aguantando a un patrón fiero?
¡Ni lo piense!
Somos humanos los peones,
con tanto derecho a la vida
como endiosados patrones.
-Este mundo está perdido,
¡Jesús! A lo que llegamos;
hasta insultan a su dueño
los que antes eran esclavos.

III
De pronto se eleva un palo
con no muy buena intención,
y lo recibe en la nuca
el “déspota” del patrón,
cae al suelo fulminado
y aunque auscultan su cuerpo
no da señales de vida,
¿Como ha de darlas un muerto?.

IV
Ingresó aquella tarde
en la cárcel de Estado,
aquel “demonio asesino
por matar a un hombre honrado”.
Allí durmió cuanto quiso,
olvidando así el pasado,
y de contento que estaba
no quiso ser liberado.
Porque según él decía,
“y no le faltó razón”
mas vale en la cárcel preso
que esclavo de un mal patrón.

V
Después de tantos detalles,
y sin mas explicación;
a usted lector corresponde
ya que está bien ilustrado,
determinar con acierto:
quien es el bueno y el malo.

......------......

No hay comentarios:

Publicar un comentario